Coloquio Montserrat
A finales de los años setenta, con varios militantes universitarios y trabajadores de Madrid, se formó un grupo, dentro de la Milicia de Santa María, denominado Coloquio Montserrat.
Junto a la protección de la Virgen de Montserrat, tuvimos el apoyo y guía de Modesto Fernández para llevar a cabo la misión de todo bautizado en el mundo: hacer presente el Evangelio allí donde esté cada uno.
Los textos básicos que nos marcaron en nuestros comienzos fueron las exhortaciones de Juan Pablo II: Familiaris consortio, Laborem exercens y Christifideles laici.
Modesto nos dejó su impronta, pero también León Trujillo, quien ha continuado la obra de Modesto y nos acompaña desde hace muchos años.
Los ideales recibidos en la etapa de juventud fueron adaptándose según la edad y madurez que iba alcanzando cada uno de nosotros.
Durante todos estos años se han vivido diferentes situaciones personales, desde la soltería y los noviazgos, a los matrimonios, así como el nacimiento de los hijos, que se formaron y crecieron en el entorno de nuestra institución, a los que hemos querido transmitir los ideales que un día nosotros descubrimos en unos campamentos en la montaña o en unos Ejercicios Espirituales.
La base de nuestra formación y vivencia de la fe son las reuniones de coloquio, siempre abiertas a otras personas que quieran conocer y vivir el cristianismo y alimentarse del conocimiento y las experiencias de los otros. Antes o después de cada reunión se hace un rato de oración, con puntos de meditación que da alguno de los componentes del grupo.
El objetivo del coloquio es perseverar en la misión del bautizado en el mundo, que es aspirar a la santidad en la vida familiar, profesional, social, etc. con la palabra y sobre todo con el ejemplo personal. En definitiva, es vivir el carisma depositado por el P. Morales a través del Movimiento de Santa María.
La vinculación con los Cruzados de Santa María viene, desde el nacimiento del coloquio, a través del cruzado que nos atiende en las actividades que se realizan.
Las actividades habituales son:
- Reuniones de Coloquio: temas formativos y comunicación de vivencias personales y experiencias apostólicas. Un sábado al mes.
- Retiro espiritual. Un domingo al mes.
- Convivencias y Ejercicios Espirituales. Una vez al año.
Así mismo, participamos de las distintas actividades formativas o espirituales que propone el Movimiento. Nuestra proyección apostólica es colaborar en cursillos de novios, charlas en escuelas de padres y Centros de Orientación Familiar, catequesis y apoyo a nuestras parroquias, etc., dando a los demás lo que hemos recibido: “La llama que no se propaga se apaga”. Y hacemos especial hincapié en que las actividades cotidianas y de amistad con los más próximos, el alma a alma, son la principal fuente de santificación.